domingo, 6 de febrero de 2011

LA LECTURA INVERSA DE MONTESQUIEU


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Cuando Montesquieu buscaba las claves para la organización de un estado que fuera ajeno al régimen monárquico - el “Ancien régime” – y que se convirtiera en protagonista de un nuevo tiempo, encontró en Isaías 33:22 este texto:


"Porque YaHVéH es nuestro juez,
YaHVéH es nuestro legislador,
YaHVéH es nuestro Rey,
él mismo nos salvará".


Y en el discernió cuales debían de ser los sustentos de la nueva organización política del estado: poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo que definieron un sistema institucional que imaginamos eterno, pero que ni siquiera es viejo en términos históricos. La Revolución Francesa fue en 1789 y el 4 de julio de 1776 había nacido en Philadelfia el régimen democrático sin duda más prestigioso, estable y fructífero: la democracia norteamericana. De modo que la democracia tiene solo algo más que dos centurias.


¿Pero leyó bien Montesquieu Isaías 33:22? ¿Se habla allí de un Estado con tres poderes separados? NO, allí se dice exactamente lo contrario: que Uno será Quien ocupe esos “tres poderes” que avizoró Montesquieu:. Y que ese uno es YaHVéH. No se apresure el lector a suponer que esto no es una novedad. ¡Vaya si lo es! Se nos dice que en el futuro Dios mismo – no algún mortal que hable en Su nombre que de eso ya tuvimos bastante – será Quien ejerza esos “tres poderes” en un gobierno que tendrá alcance mundial. Ese es el "sistema de gobierno" del futuro, no "el sistema democrático" que hoy mueve tantas emociones a pesar de sus frecuentes fracasos y ambiguos contornos doctrinarios. "Vox Dei" y NO "vox populi" es la que escucharemos.



Es decir que lo que dice Isaías 33:22 está en las antípodas de la democracia, o en un plano tan superior e inalcanzable por el pensamiento del hombre que ni siquiera puede ser concebido por el. De modo que la definición doctrinaria de “tres poderes” separados que se controlan mutuamente, formula a la que el imaginario colectivo le ha dado el carácter de un dogma eterno, va a ser superada en el futuro de la misma manera que lo fue el “Ancien régime” en 1789. En el mismo capítulo de Isaías 33:22 se dice:


“Será ensalzado YaHVéH,
el cual mora en las alturas:
llenó á Sión de juicio y de justicia”.
Isaías 33:5


Y en Jeremías 23:6 se nos dice el nombre específico de esa Autoridad que vendrá de las alturas a gobernar el mundo:


"En sus días será salvo Judá,
e Israel habitará confiado;
y este será su nombre
con el cual lo llamarán:
'YaHVéH, justicia nuestra'".


De modo que la fuente de toda justicia no esta en la democracia sino en YaHVéH. Y en este pasaje se nos anuncia que para el tiempo en que esta Justicia sea establecida en un Reino mundial de Gozo y Paz habrá también un acontecimiento removedor de la historia de las naciones: la reunificación de “Israel” y “Judá”, siendo "Israel" la parte de la descendencia de Abraham oculta ahora misma entre las naciones una parte de la cual - "remanente" - reconocerá sus raíces y pasara a vivir con un cuerpo glorificado en la zona central del planeta: Sión en Gloria.


Y el "Jefe" (Oseas 1:11) de ambas partes/familias de ISRAEL - Judá e Israel - será el "Hijo de David”: “YaHVéH Justicia Nuestra”. Del mismo modo que Yeshua significa “Salvación” porque Él vino primero a traernos el perdón de nuestros pecados y la vida eterna, el nuevo nombre de Quien gobernará en la Sión en Gloria venidera aludirá a la característica central de Su misión: “Justicia”, traer Justicia a los hombres. Este nuevo nombre está profetizado en Isaías 62:2:


"Entonces verán las naciones tu justicia
y todos los reyes tu gloria;
y te será puesto un nombre nuevo,
que la boca de YaHVéH te pondrá".


A Jesús/Yeshua, el Cristo/Mesiaj de ISRAEL lo llamaremos en esos días tan diferentes a estos provisorios de hoy: "YaHVéH Justicia Nuestra".


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