viernes, 30 de marzo de 2007

EL CRUCE DEL MAR ROJO
(la trampa era para el faraón)



En Éxodo 14: 1.3 se lee

“Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar; acamparéis frente a Baal-zefón, en el lado opuesto, junto al mar.Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: "Andan vagando sin rumbo por la tierra; el desierto los ha encerrado."

El pueblo de Israel había salido apresuradamente de Egipto con la intención de alcanzar el desierto de Arabia. Tomaron para eso un camino que cruza el borde septentrional del macizo montañoso central de la península hoy llamada del “Sinai” con la intención de rodear el golfo de Aqaba por el norte y llegar al desierto de Arabia. Sin embargo Dios cambia esa dirección y de pronto le ordena a Moisés que se dirija hacia el sur, hacia la orilla del mar “frente a Baal-zefon” (que así se llamaría la región de Arabia en la orilla opuesta del hoy llamado Golfo de Aqaba). Siguiendo esta indicación divina los israelitas en su ruta de huida llegaron a una playa cerrada por montañas quedando encajonados entre el mar a su frente y el macizo montañoso a sus espaldas y todavía al alcance del Faraón.

Aparentemente era una trampa sin salida, era imposible volverse por el mismo camino por el que habían llegado a esa playa y hacia su frente solo estaba el mar (el golfo de Aqaba). Y el pasaje citado dice que habiendo sido enterado el Faraón en que lugar estaba el pueblo que había huido de Egipto con señales y portentos exclamó: “el desierto los ha encerrado”, y creyendo que los israelitas habrían caído en su propia trampa y perdido el favor del Dios poderoso que había derramado 10 plagas sobre su reino y le puesto de rodillas, salió tras ellos con el propósito de exterminarlos. Fue el SEÑOR, que había manejado antes a su antojo el corazón del Faraón, el que hizo que cavilara en ese sentido (nota1)

“Y yo endureceré el corazón de Faraón, y él los perseguirá; y yo seré glorificado por medio de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR”.

Nótese bien lo que dice este pasaje: el Faraón solo salió a perseguir a ISRAEL cuando le informaron que había perdido el rumbo y caído en una trampa. Y después que YaHVéH le endureció el corazón. Dicho de otro modo: la persecución del pueblo de ISRAE por el Faraón luego de haber quedado atrapados en una playa sin salida fue provocada por el mismísimo Dios de ISRAEL.

Para ilustrar este pasaje tenemos las fotos y diagramas de los lugares en donde transcurrió la acción:



Este es el diagrama del camino
que tomo ISRAEL para cruzar
la “Península de Sinaí”
rumbo a Arabia.

Vemos que el pueblo de ISRAEL fue
desviado por YaHVéH hacia
el sur desembocando
en una playa sin salida:




Esta es el camino “encajonado”
entre montañas
por el
cual
caminó el pueblo de ISRAEL
hacia la playa sobre el Mar Rojo
(Glofo de Aqaba) sin aparente salida.




Esta es la playa en que quedaron
“entrampados”
los israelitas, lo que
decidió al Faraón a perseguirlos -
con
el corazón endurecido por YaHVéH -
cuando fue informado: "El desierto
los ha encerrado", dijo.





Como se ve, la única salida de esta playa – a la que el SEÑOR había guiado al pueblo de ISRAEL - era retornar por la ruta por la cual habían venido, pero esa ruta pronto estaría taponada por el poderoso ejercito egipcio. La muerte del pueblo de ISRAEL en manos de Faraón y su ejercito parecía inevitable y el pánico cundió al punto que los israelitas le increparon a Moisés:

“¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: "Déjanos, para que sirvamos a los egipcios?” Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto”.

Pero “los pensamientos del SEÑOR son mas altos que nuestros pensamientos...como el cielo es mas alto que la tierra”. Lo que Dios/Elohim pretendía era glorificarse con la derrota total de los egipcios. Sin embargo los israelitas, con sus ojos naturales, contemplaban una muerte cercana.. Entonces Moisés dijo a su pueblo:

“No temáis; estad firmes y ved la salvación que el SEÑOR hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. El SEÑOR peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados“.

Y así Moisés recibió orden de YaHVéH para hacer callar al pueblo y levantar su bastón sobre las aguas para que estas se dividieran. El brazo del Mar Rojo (que es el golfo de Aqaba) tiene una profundidad promedio de 450 metros. Imposible era pensar en cruzarlo, con pesadas carretas, ganado, mujeres y niños, aún si las aguas se abrieran. Todo parecía sin sentido, confuso y angustiaste esa noche para el pueblo de ISRAEL. Esta noche es una figura de la "angustia de Jacob" que veremos sobre la tierra en no mucho tiempo. Pero la orden a Moisés era que levantara su vara y que las aguas se abrirían y el pueblo pasaría en medio de ellas quedando a salvo de las tropas del Faraón.
Y Moisés obedeció. y cuando las aguas se dividieron ante sus ojos ¡apareció un puente natural bajo las aguas con un declive de apenas 6º hasta una profundidad máxima de 100 metros que podía ser transitado perfectamente por el pueblo en su huida, junto a su ganado y sus carros!. Este puente natural bajo las aguas se ilustra en la siguiente maqueta del fondo marino del Golfo de Aqaba:




Aqui una vista aérea mostrando
la playa de la “encerrona” y el camino
providencial de salida cruzando el
Mar Rojo justo en el sitio en donde
había un puente natural bajo el mar
que solo YaHVéH conocía como
se puede ver en una maqueta del
fondo del mar (golfo de Aqaba).


...

Y así se produjo el cruce milagroso de ISRAEL hacia la libertad.


Pero las sorpresas recién comenzaban: para proteger la huida de su pueblo Dios coloco la nube de su gloria entre el pueblo de Israel y los egipcios, esa “nube” era luz para los israelitas y tinieblas para los egipcios. ¡Tremendo!. Y cuando los israelitas hubieron cruzado a pie sobre el fondo del mar hacia la libertad, dijo el SEÑOR a Moisés:

“... he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren a perseguirlos; y me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería. Entonces sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR, cuando sea glorificado en Faraón, en sus carros y en su caballería”.

Otra vez Dios/Elohim provocando en el corazón de Faraón una actitud diferente a la que hubiéramos supuesto. Nosotros en nuestra finitud pensaríamos que lo que Dios/Elohim debía provocar es que Faraòn y su ejército se volviese sobre sus pasos, no que continuara su persecución. Pero el Faraón se sintió determinado a avanzar sobre Israel en tan extraño cruce del mar venciendo el terror que seguramente esta división de las aguas habría provocado en su corazón. Y entonces él y su ejercito entraron en el pasaje abierto entre las aguas reanudando la persecución. Pero de pronto se atascaron, se le trabaron las ruedas de sus leves y ágiles carros de guerra en el mismo lugar por donde habían cruzado pesadas carretas. Hubo un tumulto espeluznante y finalmente el mar se abatió sobre “el caballo y el caballero” del aterrorizado ejército egipcio.


Todos los egipcios perecieron como el SEÑOR había dicho.


Ese día entonces, Dios/Elohim libertó definitivamente a su pueblo con brazo extendido y se glorifico en la destrucción de sus enemigos. La trampa no era para Su pueblo, como los ojos naturales de los israelitas creyeron cuando murmuraron de su Dios y de su líder en la playa, antes de ver la grandiosa salvación de YaHVéH. Es que la trampa era para Faraón, figura de Satanás, el Enemigo de nuestras almas.


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nota 1) : también a Gog - el enemigo de Israel en los últimos días - es Dios/Elohim el que “lo empuja” a invadir el territorio de Israel para glorificarse en su derrota:

“... pondré garfios en tus quijadas y te sacaré con todo tu ejército, caballos y jinetes, todos ellos bien equipados; una gran compañía con pavés y escudo, todos ellos empuñando espada”
y
"Así dice el Señor DIOS: 'Sucederá en aquel día que pensamientos vendrán a tu mente y concebirás un plan malvado”

Y luego de destruido Gog y sus huestes Dios da orden a Israel de enterrarlos y dice: “... y será para ellos (para los israelitas) memorable el día que yo me glorifiqué”. Dios se glorifica en la destrucción de sus enemigos y los enemigos de su pueblo: esto es una enseñanza poderosa (y misteriosa) para cuando nos sintamos sitiados por Satanás:

“No teman, permanezcan callados, no murmuren y verán mi salvación” nos dice nuestro Dios Fuerte. El siempre tiene un Plan y a veces permite que el Enemigo nos ataque para mostrar su "brazo extendido" hacia nosotros. Cuando estemos en una prueba terminal: ¡tengamos fe y veremos Su salvación!
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