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Todos
reconocemos al apóstol Paulo como aquel que, al contrario de “los doce
del Cordero”, fue enviado a los gentiles aunque paradójicamente
ignoramos - en general - a quienes fueron enviados los doce. Comenzando
por esto último leemos en Mateo 10:5-6:
“A estos doce envió Jesús,
y les dio instrucciones diciendo:
"Por camino de gentiles no vayáis,
y en ciudad de samaritanos no entréis,
sino id antes a las ovejas perdidas
de la casa de Israel”.
y les dio instrucciones diciendo:
"Por camino de gentiles no vayáis,
y en ciudad de samaritanos no entréis,
sino id antes a las ovejas perdidas
de la casa de Israel”.
que
nos dice con claridad que los doce que fueron enviados a la “casa de
Israel”.En concordancia con eso podemos leer en Hechos 10 36:
“Dios envió mensaje a los hijos de Israel,
anunciando el evangelio de la paz
por medio de Jesucristo;
este es Señor de todos”.
anunciando el evangelio de la paz
por medio de Jesucristo;
este es Señor de todos”.
Ambas
expresiones; "casa de Israel" e "hijos de Israel", se refieren a la
descendencia del norteño reino de Israel, llevado al cautiverio por los
asirios en el año 722 A.C. a quienes también se les llama “Efraín” o
“tiendas de Jacob” en la profecía - entre otros nombres -.
Como
decimos en otros lugares de este sitio, luego de desmembrado el imperio
asirio los “hijos de Israel”/”casa de Israel”/”Efraín” se movieron en
diferentes direcciones. Y fueon fueron conocidos con el nombre de
cimerios (derivado de “hijos de Omri”/ “kimris”), y escitas o “sakas”
(derivado quizás de “sukas” porque vivían en tiendas y aun, según
algunos, de Jacob). Y de los cimerios sabemos por la historia que
emigraron hacia al oeste desde las planicies transcaucásicas a partir
del siglo V A.C., ocupando los territorios al norte del Danubio y
llegando hasta las costas atlánticas. Estos
pueblos formados por diferentes pueblos y etnias “mezclados” con los
“hijos de Israel” fueron llamados “galos” por los romanos y “celtas” por
los griegos. Y su cultura – la “cultura celta” – está en la
pre-historia de los pueblos europeos que se convirtieron progresivamente
a partir de los primeros siglos de esta era, a la fe de Cristo.
¿Fue
el apóstol Pablo a predicar a estos “hijos de Israel” ubicados al norte
del Danubio, contra las costas del atlántico y en las islas británicas -
que también era el objetivo específico de la misión apostólica de los
doce - además de llevar el nombre de Cristo a los gentiles?
Efectivamente, pero analicemos detenidamente algunos aspectos poco conocidos de este apóstol tan particular. En su testimonio ante el rey Agripa como prisionero en espera de una sentencia que solo llegaría en Roma, el apóstol Pablo declara:
"Y ahora, por la esperanza de la promesa
que hizo Dios a nuestros padres
soy llamado a juicio;
promesa cuyo cumplimiento esperan
que han de alcanzar nuestras doce tribus"
(Hechos 26:6)
que hizo Dios a nuestros padres
soy llamado a juicio;
promesa cuyo cumplimiento esperan
que han de alcanzar nuestras doce tribus"
(Hechos 26:6)
Y
es una declaración heterodoxa con respecto a lo que creemos que fue la
misión de este gran apóstol: él afirma ante el rey Agripa que es "por
la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres" está siendo
llevado a juicio. Y para abundar más dice: "promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus". Y
aquí se desenfoca por completo la idea que teníamos de su misión
apostólica. No nos dice Pablo que esta siendo jugado por llevar el
evangelio a los gentiles, sino a los "hijos de Israel" - y aún las doce
tribus - a la espera de la Promesa.
El
apóstol Pablo - el único que fue levantado para ir a los gentiles –
sabía que el objetivo de los doce apóstoles del Cordero era alcanzar a
los “hijos de Israel” en el destierro y que era diferente al suyo como
lo dice en Gálatas 2:7:
“....me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión”
en
donde la “circuncisión” alude a los “hijos de Israel”/ “casa de Israel”
– no podía ser Judá porque estas no eran las instrucciones ni el
contexto de la misión apostólica -. Y la “incircuncisión” se refiere a
los gentiles, naturalmente.
Recordemos
más: Pablo - antes Saulo - había sido levantado apóstol en el camino a
Damasco, en donde cegado por el odio y con una carta del Sumo Sacerdote
esperaba apresar a los partidarios del Camino que en esa ciudad
encontrara. Fue cegado por una luz del cielo y poco después de este
traumático y glorioso encuentro se le había especificado – según la
Palabra del Señor a Ananías – que su encomienda sería dar testimonio del
nombre de Cristo ante los "gentiles" que no estaban incluidos en la
encomienda a los doce. Pero se le indicaban además otros dos objetivos a
su ministerio apostólico que quedaron opacados por este aunque tienen
su importancia: dar testimonio ante "reyes" y a los "hijos de Israel"
(Hechos 9:15).
Ahora
bien, en cumplimiento de esas instrucciones Pablo llevo el evangelio
ante los gentiles, pero también dio testimonio - generalmente en cadenas
- ante reyes: Felix, Festo, Agripa, el principal de la isla de Malta y
César. Y por su palabra escrita, intemporal en revelación y contenido,
lo dio testimonio por lo menos a los reyes de lo que posteriormente fue
llamado “la cristiandad”, que fueron muchos y poderosos. Pero también
llegó a los gobernantes de mas lejos.
Y finalmente la encomienda apostólica incluía a los “hijos de Israel”¿Y
cuando Pablo dio testimonio a los "hijos de Israel"?. Fue cuando llegó
hasta a los territorios de las actuales Inglaterra, Francia y Suiza,
entre su primera y segunda prisión en Roma. Esto no figura en los
registros bíblicos, aunque si en la tradición de estos pueblos y otros
testimonios.
(Ver: "El apóstol Pablo en Bretaña")
De
modo que el apóstol Pablo comprendía igual que los doce la prioridad de
la misión apostólica a la "hijos de Israel"/"casa de Israel"/Efraín"
como lo declara en el testimonio ante el rey Agripa que citamos mas
arriba. Quizás hizo esa declaración en esa ocasión para ubicarse en un
perfil mas favorable ante el juicio del rey Agripa, mostrando que su
misión solo tenia que ver con israelitas y que no le interesaba ni
incumbía a las autoridades del imperio. Pero aunque es posible este
oportunismo contextual él apóstol realmente fue a los “hijos de Israel" a llevar el evangelio, como
no podía ser de otra manera porque así se le había indicado, aunque el
centro de su particular llamado apostólico fue/es sin duda "ir a los
gentiles" (Hechos 22:21).
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